Atronomía curiosa

La revolución más grande en las ciencias naturales en el límite de los siglos XIX y XX, la aparición de las teorías físicas nuevas de principio, tales como la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica, no sólo ampliaron considerablemente las nociones científicas del mundo, sino cambiaron mucho también el estilo del pensamiento científico, la concepción del estudio de los fenómenos.

Cada vez más frecuentemente se realizan descubrimientos inesperados, sobre todo en la física y la astronomía, que hacen revisar en lo esencial las nociones usuales, revelan nuevas facetas de los fenómenos, amplían y profundizan considerablemente nuestras ideas del mundo.

Claro está que la ciencia avanza, pero en cada movimiento se apoya ante todo en toda la suma de conocimientos alcanzados. Y si hasta en la ciencia ocurren revoluciones y se confirman unas nociones nuevas de principio, de todas maneras la teorías fundamentales anteriores entran en ellas en calidad de partes integrantes y siguen justas para una esfera determinada de fenómenos y condiciones.

Sin embargo, el desarrollo de la ciencia moderna está ligado en mucho con lo insólito. Las ideas insólitas que contradicen a las opiniones establecidas, el planteamiento insólito de un problema, una manera insólita de ver cosas corrientes, un enfoque insólito de la solución de uno u otro problema; la comparación de cosas que son, al parecer, incomparables; una conclusión singular de los datos conocidos hace tiempo; por fin, unos hechos nuevos que contradicen a las nociones establecidas que se tornaron corrientes.

Contradicciones, paradojas... la paradoja es ante todo una contradicción.

Es que cada contradicción destruye inevitablemente la mentalidad habitual, reclama que se llegue a comprenderla....

No obastante, no es tan fácil eludir las paradojas, porque se tropieza con ellas prácticamente en todas las esferas de la actividad humana.

Son bastante interesantes las paradojas lógicas llamadas sofismos, razonamientos completamente estrictos, pero que conducen a unas conclusiones contradictorias en su interior, con respecto a las cuales no se puede decir si son verídicas o falsas.

Un hombre declaró: "¡Todo lo que digo es mentira!". Pero de aquí se desprende que mintió también en este caso. Y esto, a su vez, quiere decir que dijo la verdad. Pero si todo lo dicho por este hombre es verdad, entonces mintió, etc.

Existe también una leyenda conocida sobre el castigo de un sabio. Antes de quitarle al acusado la vida, el juez le ofreció la ultima palabra prometiendo que si el condenado dice la verdad lo ahorcan,  si miente, lo decapitan. Sin pensar mucho, el sabio exclamó: "Me decapitarán" Y... se tuvo que aplazar la ejecución. Es que si ahora ahorcasen al sabio, resultaría que había mentido y se tendría que cortarle la cabeza. Pero si se hiciera así, esto significaría que había dicho verdad y habría que ahorcarlo.

La astrofísica moderna enfrentó fenómenos paradójicos. Últimamente en las profundidades del universo fue descubierta una serie de objetos y fenómenos insólitos: la radioemisión relicta, que confirmó las conclusiones teóricas de que nuestra metagalaxia se había formado como resultado de la descomposición explosiva de un enjambre superdenso de plasma caliente; los quasares, que liberan unas cantidades enormes de energía; los pulsares, fuentes de emisión de impulso, que resultaron estrellas neutrónicas hipotéticas; los procesos explosivos en los núcleos de las galaxias; las estrellas de rayos X; la radioemisión del hidróxilo cósmico OH y muchas cosas más.

(Komarov, V. Nueva astronomía recreativa. Editorial Mir. Moscú, 1985. Páginas 11-17)